lunes, 15 de octubre de 2018

Novela. La mucama de Omicunlé


Periférica
181 pags.
Menú indigesto
    
   La lectura de este libro me ha recordado al menú de degustación de un restaurante laureado por su modernidad, que vas saboreando paso a paso, dejándote llevar por sorprendentes mezclas de productos y estilos culinarios que te resultan agradables, sin que al final de la cena puedas recordar con claridad alguna qué es lo que has comido, dado que el huevo frito sabía a caramelo y el soufflé de queso tenía la textura de un bocadillo de calamares. El libro no se lee mal, porque usa un lenguaje atractivo, con modismos locales mezclados con anglicismos y términos propios de la última generación de consumidores de tecnología y arte, y  porque los mundos que visita y los conflictos que plantea cambian de página a página con un ritmo frenético. Pero el fondo del libro se me hace inasible, y desde las primeras páginas empiezo a preguntarme por qué me está contando Rita Indiana todo esto; cuál es su propósito y qué pretende con esta variopinta mezcla de ingredientes narrativos, con esta estructura en la que los planos temporales van desde el inicio del siglo al 2037, con estos personajes que se desdoblan en sexos y nombres diferentes hasta que se te quitan las ganas de seguirles la pista, y no tanto por lo complejo de su evolución, sino porque  no transmiten ninguna emoción ni reto intelectual identificable, más allá del sudoku de las tramas y subtramas en las que se desenvuelven.
   Hay un discurso ecologista y otro político, y ambos entroncan con el culto a las deidades del Caribe; hay otro relato que tiene que ver con el arte actual y con la música electrónica, y hay además una trama delictiva, y una historia de rivalidades entre artistas. Demasiado ingrediente. Y en el centro de todo se plantea una historia de cambio de sexo de lo más liosa, concienzudamente provocadora y estructurada en distintos planos temporales, que me hace añorar las delicias del Orlando de Virginia Woolf, con su auténtico y puro sabor a transgresión de la buena.

viernes, 24 de agosto de 2018

Novela. Los años difíciles. Crónicas de los Cazalet, de Elisabeth Jane Howard


Siruela
431 pags.

Inglaterra, familia y campo, el menage à trois vuelve a funcionar

      Este es el primero de los cinco libros que la autora dedica a los Cazalet, una familia de la alta burguesía post victoriana que, en esta ocasión, se reúne en su casa de campo para pasar los veranos de 1937 y 1938. Hace calor en Sussex, el primer ministro Chamberlain pastelea con los alemanes a costa de los checos, los niños conspiran y se preguntan cosas sobre el mundo y los mayores ocultan sus secretos, mientras la naturaleza bulle incesante alrededor y el servicio se ocupa de que la inacabable sucesión de desayunos, almuerzos y tés siga el curso establecido. La BBC lo ha transformado en imágenes en multitud de ocasiones; es un mundo conocido. Lo que la autora logra en este terreno, abonado por obras similares, es hacernos disfrutar de su agudeza en la observación de los detalles y de su capacidad de seleccionar material narrativo para configurar una novela de personajes con identidad y conflictos propios, un retrato social y toda una agradable experiencia de lectura.    Me gusta que Howard trata con un cariño distante a sus personajes, como si fueran de su propia familia, y los desarrolla con acierto, sin cargar nunca la mano en las descripciones ni menos en los juicios, y ni siquiera cuando alguno de ellos cae en lo más bajo le transforma la autora en un ser abominable ante el lector. A pesar de que no hay una trama central con gran fuerza, Howard traslada con nitidez los conflictos sexuales y afectivos de los Cazalet y sus parientes y allegados, el peso tremendo de las convenciones en sus vidas, sus miedos, sus frustraciones, sus soledades y anhelos y sus complejos.   
    Me gusta también que Howard –que estaba casada con Kingsley Amis- tiene mano para meter al lector en el escenario describiendo con minuciosidad, humor e ironía los más nimios detalles de la vida cotidiana, que en sus manos cobran sentido y aportan valor a la historia. Howard logra que tengan interés los turnos para el cuarto de baño de la casa, los juegos y rutinas educativas de los niños, los ritos de la excursión a la playa, el papel respectivo de hombres, mujeres y mascotas en el mundo doméstico y la vida rural que rodea a los veraneantes llegados de Londres. Más allá de ese día a día, heredero del feliz periodo de entreguerras, se barrunta la guerra, y al final del libro los Cazalet  están ya probándose máscaras anti gas, construyendo zanjas, acumulando catres y zurciendo sábanas. Se alarga un poco demasiado ese final, y las últimas páginas no se siguen con el mismo interés, pero la novela está bien construida y es buena en su género.  

jueves, 16 de agosto de 2018

Ensayo. Sapiens, de animales a dioses, de Yuval Noah Harari


Debate
493 pags.

Breve historia de la humanidad
       
    Este es un libro lleno de preguntas interesantes, una continua y descarada interpelación, fresca y llena de ambición provocadora, pero al tiempo bien documentada  e hilada con gran talento para el lector que busca buen ritmo y claridad sin tener por ello que renunciar al rigor y la abundancia de los datos, ni tragar con planteamientos dogmáticos de brocha gorda.  La “breve historia de la humanidad” que nos presenta este joven profesor de historia de Jerusalem empieza explicando que hace 13.500 millones de años comenzó el relato del tiempo, el espacio, la materia y la energía, un relato al que llamamos física. Unos 300.000 años después, materia y energía comenzaron a aglutinarse en estructuras complejas, llamadas átomos, que después se combinaron en moléculas, y al relato de átomos y moléculas lo llamamos química. Ocurrió mucho más tarde, hace 3.800 millones de años, que en un planeta llamado Tierra, surgieron los organismos, a cuyo estudio llamamos biología. Y hace solo 70.000 años, organismos pertenecientes a la especie Homo sapiens empezaron a formar estructuras más complejas, llamadas culturas, que se desarrollaron formando el relato que llamamos historia. Este inicio, de tanta sencillez, alienta al lector a adentrarse sin pereza en algo tan aparentemente inabarcable como una “historia de la humanidad”. El resto del libro mantiene el tono de amistosa conversación, a ratos con toques de humor e ironía, repleta de pequeñas narraciones, ejemplos y comparaciones brillantes, organizada en una estructura muy fácil de seguir.
     A la historia de Sapiens dedica su libro Harari, y empieza por dividirla en tres grandes revoluciones: la revolución cognitiva, que marcó el inicio de la humanidad como la entendemos hoy día, hace 70.000 años; la revolución agrícola, que supuso el fin del Homo sapiens cazador recolector, hace unos 12.000 años, y la revolución científica, que se puso en marcha hace 500 años. Harari se pasea con un desparpajo encomiable arriba y abajo de esos 70.000 años, desde los chimpancés a Wall Street, desde el código de Hammurabi hasta los más audaces proyectos de la  bioingeniería, y sostiene que nuestra historia tuvo un punto de inflexión decisivo en el primer milenio antes de Cristo, cuando arraigó la idea de un “orden universal” capaz de englobar a toda la raza humana bajo un conjunto de convenciones: la del dinero, la del imperio y la de las religiones universales (entre las cuales engloba las ideologías, y este es uno de sus planteamientos más interesantes y cuestionables). Este conjunto de convenciones con ambición global se forjó sobre la base de la más revolucionaria capacidad de Sapiens, que fue el motor de la revolución cognitiva, y es la que le permitía producir ficciones,  transmitir información y convenir acuerdos y cooperación sobre cosas que en la realidad no existen, como “los espíritus tribales, las naciones, las sociedades anónimas y los derechos humanos”.  Es esta parte central del libro, en la que se explaya con erudición y soltura en los más transformadores productos de la capacidad creativa de Sapiens, la que me ha parecido más atractiva, lo cual es una cuestión absolutamente personal y comprensible, dado que, bien mirado, me interesa más el pasado que el futuro.
    La últimas páginas, en las que Harari se pregunta si llegará Sapiens a transformarse en un personaje completamente diferente, capaz incluso de vencer a la muerte, logran transmitir lo inquietante de un mundo de seres humanos perfectos e invencibles, un mundo que dé la respuesta definitiva a la terrible constatación que hizo Gilgamesh, el rey de Uruk que decidió que él nunca moriría y, tras vencer a los   monstruos más terribles y superar las calamidades más extremas, acabó por comprender que nunca evitaría la muerte.
    En el epílogo, Harari dice que “lamentablemente, el régimen de los sapiens sobre la tierra ha producido pocas cosas de las que podamos sentirnos orgullosos” y nos recuerda que el asunto de la felicidad sigue siendo un tema pendiente. “Somos más poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de qué hacer con todo ese poder”, dice. Y concluye: “¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo  que quieren?” Este es el final que da el autor a un libro en el que han desmentido limpiamente los dogmas apocalípticos más comunes, como lo insostenible de nuestro consumo energético y los peligros de nuestro crecimiento económico. Lo que preocupa al autor es, sobre todo, lo que el hombre puede hacer consigo mismo.

lunes, 13 de agosto de 2018

Novela. La amiga estupenda, de Elena Ferrante


Lumen
386 pags.
Decepcionante

  La pinta del libro no era de gran literatura, pero internet está plagado de elogiosas referencias en medios de calidad al “fenómeno Ferrante”, lo cual, junto a la recomendación de alguien de fiar, me hizo comprarlo. La autora no ha dado a conocer su verdadero nombre, y con este misterio sin duda ha contribuido a la notoriedad de sus libros, pero de notoriedad a buena reputación hay un trecho y no me parece, la verdad, que sea esta una escritora de gran talla ni esta novela un texto relevante.
   Se trata del primer libro de una saga en la que se narra la vida de dos amigas, Lila y Lenù, nacidas en un barrio popular de Nápoles, y criadas en familias de artesanos, pequeños comerciantes o funcionarios de poca monta en las que las estrecheces producen envidias, odios y ambiciones que se canalizan en un clima de violencia, mezquindad y machismo.  Aquí quien habla es Lenù, y su relato va desde su infancia hasta su juventud. Es un relato intimista, en el que la gran protagonista es Lila, la amiga de Lenù, a la que solo conocemos a través de los sentimientos que provoca en la narradora. Lenù quiere muchísimo a Lila, la admira, la compadece a ratos y la envidia casi siempre. La descripción de su mundo es muy acertada; nos hacemos una idea a la perfección de cómo se vivía en el Nápoles pobre de los años sesenta. Pero la prosa es ramplona, los innumerables personajes se desdibujan y la trama, una vez comprendido el bien descrito clima de violencia y primitivismo en el que se desarrolla, acaba por perder interés.

Narrativa. Viaje en autobús, de Josep Pla


Austral
263 pags.
Imprescindible

    Hay recomendaciones de libros que se agradecen eternamente. En la librería Farinelli, de La Granja, Valentín me recuerda que existe Josep Pla, a quien había visto en una larga e interesante entrevista que le hizo Soler Leal, entrevista que Carlos y su mujer, Pili, me invitaron a compartir. El caso es que Valentín me vuelve a presentar a Pla, y me vende este libro, que llevo conmigo en el tren que me conduce al sur. Y descubro una joya. Pla tiene mirada poética, esa condición imprescindible para el escritor que aspira a subrayar o reinventar la realidad más simple, esa cualidad que permite al autor observar el croar de una rana, el andar de una vieja, el aroma de un salchichón o un desbarajuste urbanístico y pasarlo por el filtro de su prosa para extraer un jugo que es un placer para el lector. El Pla que viaja en este autobús por el Maresme es un observador inteligente, culto, socarrón y lleno de sentido del humor. Su crónica de las fondas en las que se aloja, los viajeros con los que habla, los payeses a los que observa y los recuerdos y las reflexiones que su viaje le provoca es una  pura delicia. Como bien señala Valentín, no hay mucho escritor capaz de esa agudeza en el adjetivo, de esa descripción de la belleza del mar, o del monte, o del cielo, a años luz de cualquier atisbo de cursilería, de esa combinación de cachazuda reflexión sobre el ser humano y la sociedad y diálogos vivarachos y divertidos. Pla era un tipo, y hay que leerle más. ¡¡¡Gracias, Farinelli!!

Novela. Napoleón en Chamartín, de Benito Pérez Galdós


Alianza Editorial
272 pags.

Sociología, historia y literatura

    No había leído ninguno de los libros que componen los Episodios Nacionales, y he comprado Zaragoza y Napoléon en Chamartín. El emperador vivió veinte días de 1808 en Madrid, dirigiendo el asedio a la ciudad desde lo que hoy es el colegio del Sagrado Corazón de Chamartín, y entonces era un palacio de la casa del Infantado, hasta lograr la capitulación de la ciudad y devolver a su hermano José la corona de España. Estoy de acuerdo con el adjetivo “folletinesca” que Wikipedia da a la trama del libro, en especial por los enredos amorosos del protagonista, Gabriel de Araceli, y su amada Inés, pero la novela es de una esplendorosa riqueza léxica, tiene un ritmo digno de una serie de televisión y, sobre todo, es un minucioso y agudo retrato de la sociedad madrileña de la época, que contemplaba desunida y confusa, pero mayoritariamente indignada, la llegada de Napoleon y su hermano el rey José; una sociedad en cuyas clases populares las protestas  por la falta de talla de los políticos para hacer frente al invasor producía constantes tumultos y exigencias de munición para sus escasas armas, un mundo en el que bullen mujeres ardientes dispuestas a luchar como hombres, héroes que se inmolan ante el invasor, frailes, majas y traidores de todas las calañas. El libro es un interesante documento histórico y sociológico y una lectura imprescindible para entender la literatura de nuestro siglo XIX. Creo que también voy a comprar Gerona, para comprobar cómo los catalanes destacaron en esta guerra por su heroica defensa de España. 

viernes, 10 de agosto de 2018

Ensayo: El candidato y la furia, de Argemino Barro


La huerta grande
118 pags.

Profundizando en la sorpresa

    La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos es una de tantas sorpresas que nos brindan nuestros tiempos y que digerimos sin grandes complicaciones, pero que tiene raíces explicables. Argemino Barro se ha metido en la América profunda y ha indagado en los porqués de este fenómeno, que tiene que ver con las brechas culturales entre las grandes masas de votantes del interior y las élites de las costas, y se activa mediante el poder de la comunicación en su versión más primitiva, es decir, en la demagogia, la activación de motivaciones básicas y la insidia. El libro hace un buen retrato de los resortes que usó para llegar a la Casa Blanca y de las mentalidades que le auparon hasta allí. Se echa algo en falta una mayor reflexión sobre su personalidad como líder de su equipo y como elefante político en la cacharrería del establishmment. Se me ocurren pocos puestos más desesperantes que ser jefe de prensa de Trump; o jefe de cualquier cosa en su entorno. Su relación con su staff y con el mundo político queda fuera del foco, y es una pena. Barro, en cambio, describe muy bien sus orígenes y su corte familiar, así como la visión que busca (y logra) proyectar ante el votante medio americano, el cual, lógicamente, también sale bastante mal parado.