lunes, 20 de abril de 2015

Cine. El capital humano



Título original: Il capitale umano
Duración: 111 minutos
Director: Paolo Virzì
Guión: Paolo Virzì
Reparto: Fabrizio Ventivoglio, Valeria Golino, Valeria Bruni TedeschiFabrizio Gifuni, Matilde Gioli, Guglielmo Pinelli, Giovanni Anzaldo

A veces las sinopsis que reparten las productoras contienen interpretaciones curiosas del argumento. En este caso dice: “Las vidas de la adinerada familia Bernaschi, privilegiada y distante, se entrecruzan de manera inesperada con las de los Ossolas, que luchan por mantener su confortable vida de clase media”. Pues bien, desde mi punto de vista, Dino Ossola es un aborrecible personaje empeñado en trepar socialmente, cuya vida se cruza de manera absolutamente premeditada por él con la de Giovanni Bernaschi, el cual, lejos de ser distante, acepta al pelmazo de Dino en su partido de tenis.

El contacto surge porque la hija de Dino, Serena, sale con el super pijo Massimiliano, hijo de Giovanni. Los manejos de Dino para introducirse en el mundo de los que imagina futuros consuegros y de paso hacerse rico le acarrean los problemas que se merece. Por supuesto también se merecen cuanto les ocurre Giovanni, el rico, y su mujer, Roberta, que no tiene dos dedos de frente (genial su momento mecenas con los intelectuales de la provincia). Ya entrado en harina el relato, aparecen en escena Luca y su tío, que malviven trapicheando con droga, y tampoco aquí se libra de culpa el adulto de la familia.

En realidad son los jóvenes las víctimas de cuanto ocurre y su destino –que puede incluir la cárcel e incluso la muerte- es el objeto del suspense que mantiene el guion en todo momento. La película roza el tópico, pero se salva, porque soslaya la moralina más obvia (la del rico abusón y perverso), se interesa sobre todo en el lado thriller de la historia, retrata con agudeza las distintas caras de la avaricia de estos tiempos y pone el acento en la mirada a los jóvenes, cuyos conflictos, en cambio, vienen a ser atemporales y universales.



miércoles, 15 de abril de 2015

Cine. La dama de oro



El valor está en Helen Mirren

Título original: Woman in gold
Duración: 107  minutos
Director: Simon Curtis
Guión: Alexi Kaye Campbell

Basada en la historia real de Maria Altmann, narra cómo una mujer judía, que huyó de Viena en la guerra mundial, gana una batalla jurídica al Estado austriaco por un cuadro que los nazis confiscaron a su familia,  el famoso retrato de  Adele Bloch-Bauer, realizado por Klimt . Con la ayuda del inexperto abogado Johann Schoenberg, Maria sale de su cómodo retiro de California para enfrentarse al gobierno de Austria. En el camino debe reconstruir  los recuerdos de su huida de Austria, perseguida por los nazis, y se ve obligada a revivir el triste destino que corrieron las vidas y propiedades de su familia. La película se ve con gusto, sobre todo gracias a la magnífica  interpretación de Helen Mirren, aunque le falta garra.

martes, 14 de abril de 2015

Novela. Una investigación filosófica, de Philip Kerr



Duelo policiaco entre filósofos

Anagrama
383 pags.

Juan y Maite me recomiendan a Kerr. Como no soy lectora de novelas policiacas, tardo en seguir su consejo, y no empiezo por Violetas de Marzo, como me dicen, sino por esta intrincada historia que se publicó por vez primera en 1992. La novela está ambientada en el futuro, es decir, en lo que a final del siglo XX Kerr pensaba que sería esta década que ahora vivimos, y plantea el duelo entre un asesino en serie y una inteligentísima policía llena de cuentas pendientes con los hombres.

Tanto el criminal   como sus víctimas han sido fichados por el gobierno a través del Programa Lombroso como individuos potencialmente peligrosos por razones genéticas, y han recibido nombres en clave tales como Darwin, Kant, Spinoza o Sócrates. La novela presenta el duelo intelectual y criminal que representa el capturar al apodado Wittgenstein para la inspectora jefa Jakowicz, y la fascinación que él va produciendo en ella.  El duelo es interesante, aunque los escritos que produce el asesino según va ejecutando sus planes no siempre son fáciles de seguir y algún episodio de cariz filosófico se hace un  poco cuesta arriba.

En  el mundo futuro que describe Kerr hay programas anti crimen que dan bastante repelús, pasillos de hospital poblados de gente que se tira de su cama pidiendo dinero para pagar su curación, políticos sin escrúpulos y científicos acomodaticios. Nada es absolutamente nuevo, pero todo produce un efecto de siniestra decadencia que está muy bien pintado. Al personaje de la inspectora jefa Jakowicz le faltan matices en su odio a los hombres y en su relación con el resto de los policías de a pie, pero está bien planteada su turbulenta relación con las autoridades y, sobre todo, su duelo con el asesino.

domingo, 12 de abril de 2015

Cine. Calvary



Una película extraordinaria 

Título original: Calvary
Duración: 100 minutos
Director: John Michael McDonagh
Guión: John Michael McDonagh

El padre James es un sacerdote católico que en la primera escena de esta magnífica película escucha en el confesionario a un feligrés anónimo anunciarle que va a matarle el domingo siguiente. La voz le dice que le ha elegido por ser un hombre bueno, y el padre James lo es. El trabajo que hace McDonagh con este personaje y su bondad es un ejercicio cinematográfico espléndido. Nada es banal, ni tópico, ni previsible en la bondad de este cura, en su entrega tranquila, bienhumorada y tolerante. Tampoco es innecesario nada de cuanto se nos cuenta de su miedo, su fe, su sencilla y casi torpe manera de hacer el bien, sus tentaciones, sus caídas y su determinación.

El via crucis del Padre James hacia el domingo de su anunciado asesinato es un ejercicio de suspense espléndido, en el que el personaje va creciendo hasta un final que, sencillamente, te deja fuera de combate. Entre sus feligreses está su asesino. Unos y otros encarnan diversas caras del mal, de un mal estúpido y feo. Entre ellos anida el sufrimiento, la crueldad, la desesperanza, el cinismo y la locura. Viven en un paisaje duro de la costa de Irlanda, azotada por los vientos y por la crisis. Están retratados en un tono de comedia negra que al principio despista un poco. Cuesta captar el drama que se esconde tras el humor corrosivo que impregna las relaciones del padre James con sus paisanos. “¿Por qué tienes que aguantar tanta gilipollez?”, le pregunta al cura uno de los pocos personajes puros del cuadro.

Hay un tono de cuento moral en el histrionismo de los paisanos del padre James, que funcionan como sombras que van estrechando el cerco al héroe, con una violencia cada vez menos sutil. Cada uno es detestable por alguna razón, pero, ¿es él el asesino?

No, no es esta película sobre la Irlanda rural de la crisis, ni se desprende de ella ninguna tesis sobre los pecados de la Iglesia Católica. No es tampoco una comedia negra sobre un cura con mala suerte, ni es solo el drama de una buena persona enfrentada a un destino fatal. Esta es una película sobre un hombre en toda su complejidad, retratado espléndidamente en su dimensión moral y afectiva. Ni más ni menos. La interpretación del sentido último de cuanto se ha visto queda muy abierta, pero cualquier lectura que se haga de él estará marcada por el rotundo mazazo emocional que se nos ha suministrado.

Ahora que hay tanta película con exceso de metraje y parafernalia superflua, vale la pena decir que en 100 minutos y con pocos medios McDonagh ha hecho un trabajo impresionante. Una película extraordinaria porque maneja los registros del suspense, el drama, la comedia negra y la fábula moral sin liarse ni perder sentido.