Título original: Il capitale umano
Duración: 111 minutos
Director: Paolo Virzì
Guión: Paolo Virzì
Reparto: Fabrizio Ventivoglio, Valeria Golino, Valeria
Bruni TedeschiFabrizio Gifuni, Matilde Gioli, Guglielmo Pinelli, Giovanni
Anzaldo
A veces las sinopsis que reparten las productoras contienen
interpretaciones curiosas del argumento. En este caso dice: “Las vidas de la
adinerada familia Bernaschi, privilegiada y distante, se entrecruzan de manera
inesperada con las de los Ossolas, que luchan por mantener su confortable vida
de clase media”. Pues bien, desde mi punto de vista, Dino Ossola es un aborrecible
personaje empeñado en trepar socialmente, cuya vida se cruza de manera
absolutamente premeditada por él con la de Giovanni Bernaschi, el cual, lejos
de ser distante, acepta al pelmazo de Dino en su partido de tenis.
El contacto surge porque la hija de Dino, Serena, sale con el super pijo
Massimiliano, hijo de Giovanni. Los manejos de Dino para introducirse en el
mundo de los que imagina futuros consuegros y de paso hacerse rico le acarrean los
problemas que se merece. Por supuesto también se merecen cuanto les ocurre
Giovanni, el rico, y su mujer, Roberta, que no tiene dos dedos de frente (genial su momento mecenas con los intelectuales de la provincia). Ya
entrado en harina el relato, aparecen en escena Luca y su tío, que malviven
trapicheando con droga, y tampoco aquí se libra de culpa el adulto de la
familia.
En realidad son los jóvenes las víctimas de cuanto ocurre y su destino –que
puede incluir la cárcel e incluso la muerte- es el objeto del suspense que mantiene
el guion en todo momento. La película roza el tópico, pero se salva, porque
soslaya la moralina más obvia (la del rico abusón y perverso), se interesa sobre
todo en el lado thriller de la historia, retrata con agudeza las distintas
caras de la avaricia de estos tiempos y pone el acento en la mirada a los
jóvenes, cuyos conflictos, en cambio, vienen a ser atemporales y universales.