miércoles, 27 de julio de 2016

Novela. Vestido de novia, de Pierre Lemaitre

Alfaguara
291 pags.

   Esta entretenida novelilla está muy lejos de la calidad de "Nos vemos allá arriba", la magnífica y rara historia que proporcionó a su autor el premio Goncourt.
   Dividida en tres partes, la primera es sin duda la mejor. En ella se nos narra la historia de Sophie, una mujer que cree que se está volviendo loca, porque olvida todo cuanto hace, comete errores de consecuencias muy graves y, lo que es peor, aunque no sea consciente de ello, parece que va por la vida matando gente. Es aquí donde se plantean los enigmas de la historia, y donde los acontecimientos se precipitan con un ritmo incansable, que nos lleva de sorpresa en sorpresa.
   La segunda y la tercera partes son más flojas. Las claves de la trama son bastante previsibles, y la última vuelta de tuerca que el narrador da a la historia en las páginas finales no tiene la suficiente contundencia para hacerla remontar el vuelo. 

viernes, 22 de julio de 2016

Historia. La agonía de Francia, de Manuel Chaves Nogales



Historia: La agonía de Francia
Libros del Asteroide
173 pags.

Inquietantemente actual

   Chaves Nogales es un autor imprescindible para cualquiera que quiera entender a España. Fue el gran periodista de la república y autor de algunos de los libros con los que más he disfrutado, como A sangre y fuego, Juan Belmonte, matador de toros  o El Maestro Juan Martínez que estaba allí. Pero sobre todo Chaves fue un personaje de una lucidez escalofriante; un narrador estupendo que escribía a contra corriente en favor de la democracia en un mundo donde se enfrentaban fascismo y comunismo ante la impasividad de quienes debían defender la libertad; un hombre de una integridad conmovedora,  con una biografía que es espejo de la España y la Europa de los años 30 y 40 y que, al tiempo, y para nuestra desgracia, nos interpela sobre nuestra realidad del siglo XXI. 
   Chaves Nogales huyó a Francia cuando el gobierno republicano salió de Madrid, esperando que aquella tierra de acogida le amparase. Llegaba herido por las dos Españas, desilusionado del devenir de nuestra república, horrorizado por la guerra, con miedo. Lo que encontró fue un país entregándose a los nazis, del que tuvo también que escapar, esta vez rumbo a Inglaterra, donde murió en 1944, con 47 años. En este libro se cuenta su experiencia y su reflexión, la crónica y el ensayo sobre lo que vio y lo que pensó entonces. 
   Su gran instinto de narrador y su oficio periodístico dan un ángulo de gran potencia visual a su observación. Sobre la huida de los parisinos, cuenta, por ejemplo, cómo “el último automóvil fugitivo que salía de París tuvo que desviar su ruta en la Puerta de Saint Cloud porque un agente de circulación hitleriano maniobrando las señales luminosas del tráfico había puesto el disco rojo en el cruce para dar paso a los carros de asalto de la primera división motorizada alemana que entraba al asalto de París”. Y reflexiona: “Ésta es una de las grandes revelaciones de la catástrofe de Francia. Tenemos el prejuicio de que las grandes catástrofes de los pueblos sólo son posibles en medio de un apocalíptico desorden (…) No acertamos a ver que en nuestro tiempo, dentro de la cuadrícula estrecha de nuestra organización social y urbana, las cosas suceden de una manera mucho más sencilla, con una simplicidad y una facilidad aterradoras. En la Puerta de Saint Cloud un guardia de la circulación había sido sustituido por otro. Esto es todo”. 
   Imposible leer párrafos como este sin confrontarlos con las noticias que vienen de Estados Unidos, donde el partido republicano impulsa a la presidencia a un candidato dispuesto a traicionar valores fundacionales del país y compromisos críticos con las democracias occidentales; o desde Francia, donde Marine Le Pen sube en las encuestas; o desde Bruselas, donde parecen mirar a otro lado cuando en Turquía se arrasan los derechos de decenas de miles de profesores, funcionarios y jueces, mientras la barbarie del islamismo sigue ganando posiciones.



martes, 12 de julio de 2016

Novela. El enigma del convento, de Jorge Eduardo Benavides

Escritura de calidad
Alfaguara
512 pags.



   Jorge Eduardo Benavides es de esos autores a los cuales se agradece un trabajo bien hecho. En este libro se percibe a alguien orgulloso de su oficio de escribir, atento a cada detalle, empeñado en lograr la excelencia en el rigor documental, en el ritmo, en la construcción de personajes y lugares y en el uso, culto y refinado, del lenguaje español de ambos lados del Atlántico.
   Hay aquí una historia magníficamente construida en un escenario histórico que a mí me ha resultado muy interesante: la España de Fernando VII, vista desde Madrid, donde los partidarios de implantar la constitución del doce se enfrentaban con las camarillas del rey, y desde Perú, inmerso en los afanes de la independencia. Un personaje histórico, el general Goyeneche, nacido en Arequipa, como el autor, y encargado por el rey de sofocar la rebelión en la colonia que le vio nacer, es el centro de una trama en la que hay políticos reales y ficticios, duques, monjas, latifundistas criollos, jóvenes idealistas de amores truncados, traiciones, asesinatos y tres personajes femeninos centrales: una joven que deviene en monja por un amor contrariado, una actriz famosa en el Madrid de la época y una señorita de la buena sociedad enviada a correr una aventura en el lejano Perú.
   La trama se sostiene con agilidad y buen ritmo, si bien es la construcción de ambientes lo que más me ha gustado de esta lectura, en especial el del convento de Santa Catalina, en Arequipa, un lugar de refugio para mujeres que es un hervidero de energía.
  En Santa Catalina, monjas de velo blanco y velo negro, novicias, legas, criadas, esclavas y viajeras en busca de un acomodo decoroso trasiegan unas vidas en las que, lejos de limitarse al rezo y el trabajo, conspiran, van al mercado, cotillean, se enamoran y se interesan por el mundo exterior, al que llaman “el siglo”, en una deliciosa fusión de tiempo y espacio. En ese convento, que es en realidad una pequeña ciudadela en la que hay más maldad, refinamiento y diversión de la que supondríamos, se ocultan las claves del  misterio que es el eje central de la novela.  
   Benavides es también excelente en la narración de aventuras. El incomodísimo viaje de Madrid a Arequipa, los episodios de acción en plena naturaleza o la histórica conspiración en Madrid para asesinar al rey, están contados con gran eficacia y proporcionan una estupenda visión del clima convulso de la época.  






domingo, 3 de julio de 2016

Cine. Capitán Kóblic

Buena peli argentina

Título original: Kóblic
Duración: 92 minutos
Director: Sebastián Borensztein 
Guión: Sebastián Borensztein, Alejandro Ocón
Reparto: Ricardo Darín, , ,

        Estamos en los años de la dictadura argentina, y Kóblic (Ricardo Darín) es un militar que se niega a pilotar los aviones cargados de gente a la que tiran al mar, por lo que se ve abocado a escapar. Su amigo Alberto le proporciona un refugio en el que pasar desaparcibido, en un pueblo remoto donde finge ser piloto de fumigación. Quien manda allí es un comisario cruel y corrupto (Oscar Martínez), que no tarda en mosquearse con la llegada de Kóblic. El huído  emprende un romance apasionado con la empleada de la gasolinera (Inma Cuesta) y se gana la complicidad de un chico del pueblo. Pronto los buenos están en grave peligro y los malos demuestran cuán crueles pueden ser. Al fondo están los terribles recuerdos de los “vuelos de la muerte”, que persiguen a Kóblic, y la vida tortuosa de la chica.   
     La película está muy bien ambientada y se ve con mucho interés. Darín no desilusiona; Inma Cuesta imita tan bien el acento local que mis amigos argentinos la tomaron por una actriz de allá y Oscar Martínez está estupendo en su papel de repulsivo y perverso comisario. Hay buen ritmo y la trama no decae. El único problema es que el final resulta excesivamente aparatoso y teatral.