Divertida e inteligente sátira
Título original: The death of Stalin
Duración: 106 minutos
Director: Armando Ianucci
Guión: Armando Iannucci, David
Schneider, Ian Martin, Peter Fellows (Cómic: Fabien Nury)
Reparto: Steve Buscemi,
Olga Kurylenko,
Andrea
Riseborough, Jason Isaacs,
Paddy Considine,
Jeffrey Tambor,
Michael Palin,
Rupert Friend,
Simon Russell
Beale, Paul Whitehouse,
Dermot Crowley
De lo más recomendable es esta
sátira sobre el hecho histórico de la lucha a muerte por el poder que se
desencadenó al morir Stalin entre sus acólitos, cómplices todos ellos de sus crímenes y del
estado de terror que regía la Unión Soviética.
La mirada de Ianucci distorsiona hasta
el esperpento los perfiles del tirano y sus repugnantes adjuntos: Beria, el
torturador, responsable de la policía; Kruschev, el blandito que aspiró siempre
a cargarse a Beria para heredar el puesto de su jefe; Malenkov, el sustituto previsto, lerdo, débil,
vanidoso y cobarde; Molotov, capaz de traicionar a su mujer por no
desengancharse del poder, o el aparatoso Zhukov, el jefe del ejército, un
chuleta perfectamente dibujado en tono comic y el hombre que se alió con
Kruschev para borrar del mapa a Beria. Diálogos y puesta en escena logran su
objetivo de cachondearse con inteligencia y buen ritmo del horror que se vivió
en aquellos días, horror representativo de todos los horrores previos y
posteriores que produjo el socialismo real en la Unión Soviética.
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